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Sobre el coleccionismo y su historia


A través de los objetos coleccionados mostramos parte de nuestra personalidad y preferencias, como si de alguna forma fueran una extensión de nosotros mismos: Una parte que nace de nuestra historia personal y la atención que prestamos al mundo que nos rodea, siendo el objeto de colección una pieza que se desea extraer del mundo externo para integrar al mundo interno tiñiendolo de simbolismo personal.


Este impulso hacia la posesión se puede traducir en una pasión permanente. Tal vez el deseo de dar un orden y significado al espacio que nos rodea sea el detonante para un coleccionista.


El coleccionismo ha existido a lo largo de la historia teniendo sus primeros registros en civilizaciones antiguas, donde se veneraban los objetos que representaban un concepto importante en su cultura y religión.

Algunas de estas civilizaciones como la maya, china y egipcia creían que había objetos que los acompañaban después de la muerte y los ayudaban en su viaje hacia una nueva vida. Según indagaciones arqueológicas estas tumbas, principalmente de gobernantes o personas con poder estaban repletas de objetos de valor como joyas, prendas o pertenencias que fueron muy apreciadas en la vida, incluso sirvientes y concubinas que murieron justo después de la persona para continuar sirviéndoles hasta la eternidad. Se creía que esto era importante para ostentar poder y riqueza en su siguiente vida.


(Tesoros encontrados en la tumba de Tutankamón)


Los objetos de colección han sido testigos de la historia y una forma de inmortalizarse: en la época grecolatina recolectar objetos de valor de los pueblos saqueados siempre acompañaba una victoria militar, consistía en recoger todo aquello que contuviera valor de la ciudad derrocada, esto podría ser joyas, arte y armas. Estos objetos se exponían en lugares públicos de las grandes metrópolis como forma de patriotismo y para agradecer a los dioses por la victoria.


Más adelante, los romanos se enriquecieron culturalmente de los griegos y comenzaron a extraer parte de su historia en forma de obras artísticas que desataron un comercio activo de estas. Una prueba de esto son la gran cantidad de objetos náufragos que se han encontrado en el mar Mediterraneo como secuela de la transportación de tesoros hacia Roma.


Adentrándonos en la historia llegamos hasta la edad media, en esta época los artistas no tenían mucho reconocimiento social y las obras artísticas no eran valoradas por su valor estético sino por sus materiales, su valor económico y su utilidad religiosa. En aquella época había un sólido interés por objetos raros y exóticos, por lo que coleccionar huesos de dinosaurios y animales que consideraban mitológicos era muy frecuente.


(Colmillo de naval como cuerno de unicornio)


Como podemos ver, el coleccionismo es una costumbre básica y antigua de los seres humanos, no sólo atestiguan la historia sino también la historia personal del coleccionista. Puede convertirse en una pasión que dura para toda la vida y el proceso es emocionante, el encontrar objetos que represente un valor personal, admirarlos y compartirlos.


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